-¿le echas de menos verdad?
-Si, puede.
-Yo creo que si.
-¿A ti nunca te a ocurrido que echas de menos la necesidad de necesitarle?
-¿Cómo?
-Me explico... ¿nunca le has echado de menos?
-¿a quién?
-A él.
-Sigue.
-¿nunca has querido volver a verle locamente? Ir a su casa, tocar la puerta; que la abra y te sonría; y en ese momento tú lo único que haces es acercarte y besarle como nunca lo has hecho. Yo si, lo sueño todas las noches bueno, para que engañarte, lo pienso a todas horas.
Y ¿No has sentido necesitarle? Necesitas su presencia, su voz, sus palabras aunque sea la mas insignificante, la menos adecuada para el momento; pero la necesitas. Yo a veces echo de menos eso. Echo de menos necesitarle.
- ¿A que esperas entonces?
- ¿Qué pretendes que haga?
- Ve a su casa, llama al timbre y cuando abra...acércate y bésale.
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