Cuando me preguntan qué tal estoy tengo la costumbre de responder "bien", pero es automático. En realidad no es así, no lo estoy. Tal vez el verano no está siendo como esperaba hace meses. Hice planes sin saber que por algunas circunstancias se chafarían. Por una razón u otra, las cosas casi nunca salen como quieres, como planeas. Tal vez cualquier día improvisas algo y sale mejor que lo que preparas.
Al fin y al cabo, agradécelo. Los palos que te llevas por estas decepciones son los que nos hacen cada vez más fuerte.
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